Así comenzó mi Ad•Venture
Aquella noche me quedé más tarde de lo normal trabajando en mi libreta de bocetos. Al siguiente día había que presentar al menos doscientas ideas, trazadas con lápiz HB, del logotipo que debíamos realizar para El Día Nacional de la Propiedad Intelectual.
¿Cómo se hace un logotipo así? Hacía garabatos mientras pensaba: todo ese texto debe de ir en un mismo logo. Un trazo me llevó a otro y poco a poco fui completando el número que mi profesor había solicitado. Sin embargo, ningún boceto me gustaba. Llegué a los doscientos, pero no me convencían.
Por un momento les pido que se pongan en mis zapatos. ¿Cómo se hace relevante El Día Nacional de la Propiedad Intelectual? No es una marca de cereal o de cerveza. El caso es que tenía que ganar ese concurso, por más equis que fuese. Sí, era tan equis que no recuerdo como era el logotipo que presenté, tampoco recuerdo el nombre exacto de la oficina gubernamental que lo promovía. Solo tengo memoria de dos hechos: primero, mi profesor de Fundamentos del Diseño no aceptó mis bocetos; por tal razón, no los inscribió en el desapercibido certamen. Segundo, en el jurado del concursillo estaban dos creativos publicitarios a quienes yo quería impresionar con mi trabajo. Así que fui personalmente a una oficina en el Centro de Gobierno y dejé un sobre color manila con mi propuesta.
No soy diseñador y nunca me he considerado como tal. Siempre he pensado que hay gente con mucho más talento y además creo que se diseña con el cerebro no con Macromedia Freehand. Les dejo el desafío: con base al software que utilicé, calculen el año de los eventos que les estoy narrando.
Finalmente, gané el certamen. No hubo aplausos, ni fanfarrias. Aquello parecía la escena de un agente del Mossad regresando de una misión casi imposible, a quien homenajeaban secretamente en el oscuro sótano de un viejo edificio gubernamental.
–Nos gustó la forma en que estaba craneado el logotipo, -me dijo un elegante caballero de traje y mancuernillas. (Craneado: Participio de un verbo inexistente que además me pareció vetusto).
El caballero me preguntó si quería trabajar en su agencia.
– No pudo venir el director creativo, pero en la agencia estamos buscando gente que tenga esa madera para cuentas de gobierno. Pronto aprendería que esa frase tiene muchas aristas, pero esa es otra historia. Ese día ¡había cumplido mi objetivo!
La industria creativa en general está en la constante búsqueda de gente que tenga ideas y para ser uno de ellos, hay que aprender a generar y a destruir ideas de manera simultánea. Ed Catmull, fundador de Pixar, en su libro Creatividad S.A. menciona que las ideas nacen como un “niño feo”. No hay industria que masacre más ideas que la industria publicitaria.
A las buenas o a las malas, se aprende todo sobre el desapego, sobre dejar de lado el ego y estructurar el pensamiento en busca de cumplir objetivos de mercado. Se aprende a trabajar en equipo, a competir de manera sana y no tan sana, se aprende a renunciar a la zona de confort y a buscar siempre hacer algo mejor.
La tecnología puede ser un espejismo, nos puede hacer creer que somos capaces de hacerlo todo con un software o con una aplicación, pero por más vetusto que suene el inventado verbo cranear, las industrias creativas están buscando gente que “la cranee”. Esa gente que aprendió el oficio trabajando con sus manos, con su cerebro, que usa muy bien el lenguaje y su expresión corporal; esa gente que se volvió experta en habilidades blandas para ser más empáticos, menos generalistas, más observadores y curiosos.
A ese tipo de personas las vamos a tener como ponentes y asesores en Ad • Venture Week, la semana de la creatividad publicitaria en la Mónica Herrera, que se realizará en junio del presente año.
Será un espacio para que estudiantes y maestros de nuestra comunidad educativa, aprendamos y conozcamos las experiencias de líderes creativos de la industria publicitaria. No deberías dejar pasar esta oportunidad. Te dejo el vínculo para que puedas inscribirte: https://adventure.monicaherrera.edu.sv/
Marlon Martínez
Docente. ECMH alumni