María José Beza: diseño centrado en lo humano
Seguimos conociendo distintas voces del Diseño Estratégico para celebrar 10 años de la consolidación de la carrera. Para esta publicación entrevistamos a María José Beza, diseñadora estratégica de la quinta promoción. Majo es estratega digital y gerente de cuentas en Sayhello, agencia de transformación digital. Tiene experiencia como docente universitaria y asesora de proyectos de diseño. Desde hace 5 años se desempeña como consultora independiente ofreciendo soluciones a clientes que desean innovar servicios y experiencias. Ha trabajado con JOVEN 360, Glasswing International, Canlove, Alcaldía Municipal de San Salvador, BID Lab, Contextos , Hecho en Casa, entre otros; facilitando procesos de diseño y ejecutando proyectos de impacto socioeconómico. Recientemente se graduó de la Escuela del Propósito, programa de liderazgo para juventudes que contribuyen al desarrollo humano, económico y medioambiental del país.
Majo, fuiste parte de la quinta promoción de Diseño Estratégico en 2015. Durante estos años te has desempeñado como docente, investigadora y gestora de proyectos comunitarios en diversos sectores sociales. ¿Cómo has aplicado las herramientas y metodologías de Diseño Estratégico a estos enfoques profesionales que desarrollás?
– Todo comienza con darte cuenta de que el DE te hace regresar al origen de las cosas. La carrera te devuelve el sentido común y te permite contribuir a la solución de los problemas desde la base: las personas. Por eso para mí fue muy sencillo entender mis experiencias estudiantiles y laborales desde la óptica humana y de procesos.
Es un desafío importante aplicar las herramientas y metodologías de DE en un contexto donde la desorganización, la carencia de procesos y sistematizaciones y, las “soluciones rápidas” y de corto plazo son la regla. Al inicio, esto fue frustrante porque creemos que el DE es un puesto de trabajo o un tipo de proyecto perfecto, integral, mágico.
Algo que me ha ayudado a mí es no juzgar la carrera y simplemente dejarme fluir con ella. Las herramientas y metodologías las aplico para comprender los contextos de los proyectos, las personas y poblaciones relacionadas a ellos, las necesidades y la pertinencia de determinadas soluciones. Todo eso permite desarrollar un criterio más completo y complejo de la realidad. Es un “chip de inconformidad” que te desafía a ti y a todos, todo el tiempo.
Lo que he valorado muchísimo del DE es el gran potencial de colaborar con personas de diversos contextos, disciplinas, necesidades y expectativas. Es una disciplina que te ayuda a alinearte con la esencia de las cosas, de los procesos, la lógica y las oportunidades que se presentan. Otro aspecto que no siempre es valorado en el contexto común de los proyectos y las empresas es la incertidumbre. Aprender a abrazar los errores como verdaderas experiencias de aprendizaje es algo que cambia todo.
Desde la perspectiva tradicional del diseño, muchas veces queremos controlar las cosas con nuestro ego, pero te das cuenta de que, en un mundo en constante caos, si no se tiene flexibilidad es muy complicado avanzar. En cada proyecto debés estar abierto a los cambios y transformarte según las circunstancias. Las mejores soluciones o las más relevantes son aquellas que reflejan humanidad y eso te ayuda a conectar en niveles distintos.
Otro aspecto, que para mí es un eje transversal del quehacer del diseño, es la investigación. En el día a día de los proyectos, el método de investigación es la mera implementación, porque no siempre tendrás la oportunidad de hacer todo un análisis antes de diseñar o ejecutar algo. Tendrás que lanzarte al agua, cuestionar, interpretar, iterar y replantear sobre la marcha. Para mí, la experimentación ha sido la base de lo que hago y he valorado muchísimo también la sistematización de aprendizajes cuando un proyecto finaliza o cambia de fase. Este proceso me ha permitido estructurar las experiencias y procesos de diseño para identificar cuáles han sido sus efectos e impacto en las personas y su contexto.
Muchos de tus proyectos tienen un enfoque social donde el diseñador establece un diálogo permanente con algunos sectores de la sociedad para conocer sus necesidades y proponer soluciones que tomen en cuenta la opinión de diversos actores. ¿Por qué los diseñadores deben tener un rol más activo para plantear soluciones a las problemáticas sociales actuales?
– En cada proyecto deben ponerse en práctica acciones de interpretación de los cambios, integración de diversas perspectivas y experimentación, como implementación. Por eso, los diseñadores debemos ser personas que viven y promueven estos procesos para contribuir a la generación de soluciones centradas en las personas y su ecosistema, independientemente del lugar donde nos desempeñemos.
Considero que ya no debería de ser opcional que las ideas y proyectos tengan relevancia para la vida de las personas y del medio ambiente porque el diseño, más que una profesión, es la vocación de: escuchar a los demás, desaprender, aprender, brindar servicios, idear soluciones, dar respuestas, cuestionar. Todas, acciones-procesos de gran relevancia para transformar realidades, ya sea que lo hagas de manera muy técnica o empírica. También creo que nuestro rol debe balancear el trabajo de escritorio con el trabajo de campo, porque no es lo mismo desarrollar soluciones dentro de un edificio que fuera de él. Las mejores experiencias que he tenido, al día de hoy, han sido resultado de esa combinación y mi trabajo tiene más valor en la medida que estoy dispuesta a cometer errores y aprender de la experiencia.
Durante tu formación académica tuviste muchas experiencias de aprendizaje en las que es clave la figura del docente. ¿A qué docentes recuerdas con simpatía y qué influencia tuvieron en tu visión de diseño?
-Las experiencias de la Escuela me ayudaron a reafirmar la confianza en mí misma, para darle valor a mis ideas y salir adelante en una carrera en la que ya había tenido varios intentos fallidos. Fue un camino difícil, lleno de batallas internas, con miedos y ansiedades. Por eso, me sentí especialmente influenciada por docentes con quienes tuve la oportunidad de interactuar más allá del aula y que siempre me han hecho sentir no solo una correspondencia profesional y ética sino también, un calor súper humano.
Podría dividir mi visión de diseño en tres ramas: la pasión por lo técnico, el sentido humano y las experiencias reales. 1) En el aspecto técnico, la inteligencia de los procesos y las metodologías, quiero mencionar a Ivette Chacón y a Ana Urquilla, dos mujeres increíbles que siempre me hicieron sentir desafiada y que contribuyeron a mi deseo por mejorar procesos y experiencias de diseño de manera sistemática y organizada. 2) En la humanidad de las soluciones, quiero mencionar a Eugenio Menjívar y a Larisa Hernández quienes representan para mí el corazón de por qué el diseño es importante para transformar la vida de las personas. De ellos aprendí sobre empatía, así como también a ser objetiva y perseverante. 3) En la gestión de los proyectos en el mundo real recuerdo a Cruz Galdámez, que me ayudó a entender que no es suficiente ser creativo y que para desarrollar una solución es necesario administrar recursos y esfuerzos de manera estratégica y sostenible. Son muchas las personas que me han impactado y que siguen siendo parte de mi vida al día de hoy, agradezco a cada una de ellas y espero que podamos seguir colaborando en el camino.
Hace unas semanas iniciaste el proyecto, Diseño con Corazón. Cuéntanos sobre la iniciativa.
-A propósito de la pregunta anterior, uno de los efectos más hermosos del diseño en mi vida son las personas que he tenido la oportunidad de conocer y las redes que se van tejiendo con ellas. Me siento afortunada porque gracias a los proyectos en los que he trabajado he conocido a muchas personas que se mueven en el mundo del diseño y que son emprendedoras de negocios creativos. A raíz de la pandemia y de todos los cambios que tanto las personas como los negocios hemos experimentado, descubrí la necesidad de recuperar u ofrecer espacios de aprendizaje colectivo para contribuir a la confianza creativa, que de alguna manera se ha visto afectada. Hay mucho estrés y ansiedad por mantenernos productivos y en ese contexto es necesario hacer una pausa para escuchar las vivencias de otros y sentir que no estamos solos.
El proyecto nació de conversaciones con amistades en el diseño, que tienen toneladas de experiencia y quieren enseñarles a otras personas, hacer del diseño algo didáctico y ganar dinero extra. Diseño con Corazón, es una serie de talleres presenciales que ofrecen un espacio seguro, partiendo de la idea que todos somos vulnerables y que necesitamos aprender y desaprender ideas y hábitos que nos ayuden a salir adelante en nuestros proyectos; a pesar de las circunstancias del contexto y los problemas que no podemos controlar.
Son pequeñas dosis de diseño para no diseñadores, 100% prácticas, en sesiones de dos horas en un lugar con todas las medidas de bioseguridad y distanciamiento físico.
La primera experiencia, a modo de prueba piloto, tuvo como facilitadoras a Raquel Arana, Andrea Altamirano y Nancy Rivas (Miss Bambi Quotes). Cada una de ellas diseñó un taller personalizado que contribuyó a tres aspectos concretos: 1) La importancia de ser vulnerables durante los procesos creativos, 2) El valor de la planificación y la gestión de proyectos freelance y 3) El amor propio y la auto motivación como motor de nuestras ideas.
Los eventos se realizaron en Onili Café y Restaurante ubicado en la Colonia Escalón. En este momento estamos preparando la 2da. edición que estará centrada en temas de psicología, mindfulness y redacción creativa. Es admirable el interés que las personas tienen en estos eventos, tanto de quienes desean facilitar los talleres como de los participantes. La idea es continuar desarrollando estos espacios que nos enseñan la parte más humana de la creatividad y no las típicas historias exitosas que excluyen los momentos difíciles de las personas y sus proyectos.
Mi propósito con Diseño con Corazón es influir positivamente en personas que lideran o desean liderar negocios de economía naranja, que tienen ideas, pero no saben cómo comenzar y quieren aprender de manera práctica a partir del intercambio y la mentoría de diseñadores experimentados.
Para finalizar. ¿Qué recomendaciones le compartirías a estudiantes de la carrera de Diseño Estratégico?
- Quiero decirles que el DE es un estilo de vida y no busquen encajar la carrera en un tipo de trabajo o un lugar. Ustedes ponen sus propios límites y tienen una gran oportunidad de aplicar lo que aprenden a cualquier área que les apasione: la educación, la salud, el medio ambiente, el arte, la moda, los deportes, el cine, el mundo digital.
- Vuélvanse expertos en los procesos y las metodologías. Eso les ayudará a ampliar su rango para generar ideas y soluciones. Sean flexibles y no tengan miedo a cometer errores, aprendan a escuchar a los demás y recibir retroalimentación con madurez y humildad.
- Valoren las pasantías, voluntariados, trabajos grandes o pequeños porque en todos se aprende y se generan redes de personas que nos impulsan durante toda la vida y la carrera. Estén abiertos a hacer preguntas, a conocer la historia de otras personas y a aprender de sus experiencias.
- ¡Disfruten sus clases! La Escuela se extraña muchísimo cuando ya estás 100% en el mundo laboral. Cada vez que los proyectos se ponen difíciles se recuerdan los Casos y los Puertos. Aprovechen a sus profesores al máximo porque sus enseñanzas les van a acompañar de aquí en adelante.
- Sueñen en grande. Cultiven un espíritu emprendedor y sean perseverantes con sus ideas. La carrera de diseño, como cualquier otra, es compleja y llena de desafíos, no tengan miedo de pedir ayuda y colaborar con otros para salir adelante.
German Rosa
Docente e investigador. ECMH alumni