Raquel Arana: ilustraciones que cuentan historias
A diez años de la primera graduación de diseñadores estratégicos, celebramos la consolidación de la carrera dialogando con 10 graduados de diferentes promociones. Estos diálogos son un punto de encuentro para compartir experiencias de aprendizaje, aportes y desafíos del diseño estratégico en los diferentes campos productivos. Cada mes conoceremos una voz distinta del diseño estratégico. Para la primera entrevista, invitamos a Raquel Arana, diseñadora estratégica de la primera promoción–2011. Raquel es cofundadora de Hecho en Casa, primera tienda de diseño salvadoreño en el país. Además, es propietaria de la marca de carteras Raquel Arana.
Raquel, formaste parte de la primera promoción de diseño estratégico en 2011. ¿Cómo ha sido la experiencia de abrir campo para una disciplina nueva en la sociedad salvadoreña?
-Al principio me costaba un poco explicar qué era Diseño Estratégico. Sobre todo, en la época en que buscaba trabajo en agencias de publicidad. Las agencias me encasillaban como directora creativa y mi mente daba para más. Fue hasta cuando me hice emprendedora que comencé a aplicar casi todo lo que aprendimos en la Escuela en mi negocio propio.
Cuando la gente me preguntaba: ¿y usted qué estudió? y yo les respondía que Diseño Estratégico, ellos decían: ¡Ah! Ahora entiendo cómo es que puede hacer un poco de todo. Jajaja.
¿Qué significa ser diseñadora estratégica en El Salvador?
-Ser diseñadora estratégica me enseñó a pensar de manera empática con el usuario. A tener un proceso integral para plantear una solución a un problema. En algunas ocasiones no necesariamente son temáticas exclusivas de diseño. Mi formación me hizo ser diseñadora con una mente fuera de lo común y fuera de procesos rígidos o recetas como A + B = C. Ser diseñadora estratégica y aplicar el multiconocimiento que aprendimos en la Escuela me abrió puertas en rubros diversos.
Recuerdo que en la mayoría de los proyectos que trabajaste para las diferentes cátedras que cursaste planteabas propuestas colaborativas entre artesanos, diseñadores estratégicos, ilustradores y diseñadores industriales. ¿Esta perspectiva de trabajo multidisciplinario sigue vigente en los desafíos que enfrentás a diario?
-Sí, para mí es asombroso el resultado de unir la mente creativa de un diseñador con las diversas las técnicas manuales de un artesano. Esta forma de trabajo lo podemos ver diariamente en los productos de los diseñadores que están en Hecho en Casa. También yo aplico esta forma de trabajo a mi propia marca.
El artesano va mejorando día a día su técnica manual, detalles de construcción y aspectos estéticos. Su capacidad y tu capacidad se ponen a prueba cuando surge una nueva idea de producto. Se establece un trabajo de cocreación. Esta forma de trabajar se convierte en una dinámica hermosa de unir conocimientos.
Además, es desafiante porque se comparten experiencias e intento formar al artesano en temas de exclusividad. Por ejemplo, en una ocasión la manera en que yo le había enseñado a colocar las ¨brochitas¨del zipper la estaba usando con las otras marcas con las que también trabajaba. Yo le comenté que está técnica solo quería que la utilizara en mis carteras. Luego nos pusimos de acuerdo y solucionamos, determinando procesos exclusivos para mis productos.
Otro aspecto que recuerdo en tus trabajos es la ilustración. ¿Qué papel juega la ilustración al momento de transmitir ideas y contar historias en tus productos?
– Para mí, la ilustración se volvió mi forma de vivir y de expresar sentimientos. Siempre amé ilustrar y fundé mi negocio utilizando la ilustración como base: carteras ilustradas que cuentan una historia. Decidí que iban a contar una historia porque de esa forma yo me iba a inspirar para ilustrar, iba a compartir un sentimiento a través de la ilustración que se iba a aplicar en la tela. Al contar una historia con la ilustración iba a crear conexiones emocionales con las mujeres que usaran el producto y así la cartera iba a dejar de ser un simple objeto, convirtiéndose en una cápsula de emociones que acompaña a las mujeres a vivir la vida.
Todos mis productos nacen de mi amor por la ilustración. Es un medio que me ayuda a expresar lo que siento.
El escenario actual para las empresas salvadoreñas es complejo. La pandemia del COVID – 19 ha condicionado el cierre de muchos comercios y servicios. ¿Cómo te has enfrentado desde el diseño a este escenario?
– Como emprendedora que no vende productos o servicios de primera necesidad al principio fue aterrador. No tenía el valor de postear contenido en redes sociales, porque no sabía qué escribir para esta situación. Además, estábamos en cuarentena y la gente no podía salir a comprar con más libertad. Fue hasta que poco a poco las clientas, durante la pandemia, empezaron a buscarme para mandar regalitos sorpresa a la gente que aman. Yo nunca había ofrecido delivery, no tenía estructurado un proceso de cómo iba a funcionar: los pagos, forma de trabajo de los mensajeros, diseño de empaque, tiempos de entrega, mensaje a comunicar en redes sociales, etc.
Tuve que sentarme con mi mamá, quien es mi socia, y diseñar el proceso de delivery. Además, planificamos cómo íbamos a funcionar internamente. Luego conseguimos al mensajero y diseñé el arte que explicaba cómo funcionaba el servicio delivery: horas de entrega y formas de pago.
Al mismo tiempo me ponía en los zapatos de las clientas. ¿para qué podías necesitar los productos de mi marca? ¿cómo te podía acompañar mi marca en lo que estábamos viviendo?
¿Cómo tenía que ajustar los modelos de mis carteras a las necesidades o demandas actuales? A partir de ese análisis nacieron varios modelos nuevos de carteras, carteras que se cruzan y cangureras para que las manos puedan estar libres. También se diseñaron bolsitas donde caben un botecito de alcohol y la mascarilla.
También a partir de la pandemia nació el pre – order. Esto consiste en que podés preordenar una cartera que ya se vendió o que todavía no esta elaborada. Para que funcionara este servicio también tuvimos que estructurar un proceso interno para hacer que todos los puntos de esta modalidad funcionaran muy bien: formas de pago, tiempos de producción, sistematización en drive con la recolección de los datos del pedido, etc. La forma de postear en redes también cambió, porque como no podías tocar o probarte el producto te dábamos la mayor cantidad de información posible: materiales, medidas, formas de uso, etc.
Como diseñadora estratégica, el COVID me hizo aplicar completamente todos mis conocimientos emocionales, teóricos, metodológicos y técnicos para vender mis productos de manera creativa.
Para finalizar. ¿Qué consejos le compartirías a estudiantes que recién inician la carrera de diseño estratégico?
–Design is hard no cute shit… es mentira. Esta es una frase que mencionábamos con mis compañeros de la primera promoción.
Aprendan lo más que puedan, pregunten, indaguen, investiguen. Sepan qué es lo que más les gusta de todo lo que están aprendiendo, sean auténticos, desarrollen su propia técnica, practiquen, una y otra vez. La Escuela no es fácil, cuando pasen 10 años después de graduarse van a decir: ¿de dónde sacaba tanta energía? Les prometo que van a recordar los años en la Escuela (con las tareas, las clases, los casos, los compañeros, los maestros), como los mejores años de sus vidas.
German Rosa
Docente e investigador. ECMH alumni