Capítulo II: Bauhaus: Observación, sentido común y diálogo

En este capítulo describiré algunas etapas frecuentes en los proyectos de diseño de la Bauhaus y que, con la finalidad de gestionar de mejor manera la crisis social que ha generado el COVID – 19, me parece importante aplicar en las iniciativas actuales.

La Bauhaus fue fundada en Alemania luego de la Primera Guerra Mundial en 1919, tenía como objetivo imaginar, planificar y proyectar una nueva sociedad desde el diseño. Para realizar esta labor, basó su metodología de trabajo en el arte. Muchos de sus docentes y estudiantes participaron en los movimientos modernistas de arte que desafiaron la forma de ver y estudiar el mundo del siglo XIV. Esta cercanía de la Bauhaus a los procesos del arte influenció el primer programa educativo de la escuela, donde al igual que un pintor, el diseñador tenía que observar como punto de partida para proyectar sus ideas.

Observando con detalle era posible enfocarse en las características fundamentales del objeto estudiado. Luego esta práctica fue llevada por la comunidad educativa a un plano más amplio: tenían que observar la sociedad y señalar en qué necesidades sociales habría que enfocar los recursos económicos para proponer soluciones a esa problemática. Así, decidieron trabajar en equipos para rediseñar casas asequibles para obreros y objetos de uso diario que, con la producción industrial, resultaban de fácil acceso para la mayoría de los estratos sociales.
Como resultado de la observación y estudio constante de la sociedad, los diseñadores de la Bauhaus entendieron el sentido común de la mayoría de la población y se les facilitó registrar rutinas y creencias de los ciudadanos alemanes, percibir la lógica de sus comportamientos y determinar cuáles eran las necesidades más razonables de atender. Para diseñar es necesario conocer el sentido común de la realidad que viven la personas. Un ejemplo es que la mayoría de los muebles proyectados eran dispositivos con la capacidad modular para poder cambiar de dimensiones. De este modo las personas con casas pequeñas podían utilizar mesas y sillas sin que el espacio limitado de sus viviendas afectara la experiencia de uso. Bajo este criterio, Marcel Breuer, estudiante de la Bauhaus, decidió elaborar productos con tubos de aluminio inspirados en las bicicletas.Esta propuesta proporcionó dos características de uso basado en el sentido común:  1) que era uno de los materiales de producción más baratos, lo que garantizó la compra para muchas familias; y 2) que, al tratarse de tubos de aluminio, los muebles no eran tan pesados y eran fáciles de transportar por toda la casa.

Luego de observar y aprender del sentido común, docentes y estudiantes establecieron grupos de trabajo. Cada equipo estuvo integrado por estudiantes, técnicos industriales y empresa privada. El objetivo de esta dinámica fue que los diferentes actores tenían que dialogar. Este diálogo permitió conocer los puntos de vista de cada participante, enriqueciendo las propuestas y validando los diseños para que tuvieran una mejor adaptabilidad a las necesidades de la población. Este diálogo también permitió, a largo plazo, organizar a diversos sectores productivos para que todos trabajaran con el mismo objetivo: diseñar una nueva sociedad.

La observación, el sentido común y el diálogo son aspectos metodológicos en el trabajo de la Bauhaus, de importante aplicación a toda propuesta que quiera aportar y mejorar las condiciones sociales que está dejando y dejará la pandemia del COVID – 19.Ya hemos visto cómo algunas de las medidas implementadas por el gobierno central carecen de estos tres criterios. Es vital que todo aporte, por muy pequeño que sea, se centre en observar las necesidades de urgente atención para la sociedad. Observar y utilizar el sentido común permitirá que toda acción sea focalizada a sectores más vulnerables y no solo a pocos que tienen el privilegio de trabajar y estudiar desde sus casas.

Finalmente, todo proyecto debe tratar de organizar a diversos sectores productivos y sociales para que dialoguen y compartan ideas y experiencias para que estas iniciativas tengan una mejor aplicación a las necesidades de la sociedad. En esta coyuntura, los diseñadores tenemos el deber de trabajar por asegurar estos aspectos en todas las dinámicas sociales en que participemos como ciudadanos.  La observación, el sentido común y el diálogo pueden ser aplicados en una dimensión micro y macro, de manera que todas las iniciativas que realicemos puedan empezar desde nuestras casas, nuestra comunidad.

 

German Rosa

Docente e investigador. ECMH alumni

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