Mi encuentro con el diseño

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Yo nunca imaginé que me enamoraría del diseño. Por mucho tiempo, para mí, el diseño era crear objetos hermosos que estimularan visualmente al espectador, le comunicaran un mensaje de forma clara y lo motivaran a adquirirlos.  Me gustaban sus procesos y me encantaba ver sus resultados, pero no me imaginaba la profundidad de sus posibilidades ni visualizaba que iba a terminar dedicando mi vida al diseño.En el 2008 me citaron a una reunión en esta institución para ofrecerme la clase de Diseño Antropológico.  Cuando me explicaron las expectativas para la materia, me paralicé. No entendía cómo se relacionaba lo que yo hacía con una materia de esa índole.  Después de escuchar la explicación de mis entrevistadoras, lo único que se me ocurrió contestar fue “Yo no soy diseñadora ni antropóloga.  ¿Por qué me quieren a mí de maestra para esta clase?”  Ellas respondieron que lo que yo consideraba desarrollo y coordinación de proyectos educativos y culturales, para muchos era diseño. Después de escucharlas, decidí meditar si debía aceptar el trabajo, pero decidí investigar un poco antes de darles una respuesta.  En esa búsqueda comencé a descubrir que el diseño era una disciplina que podía llegar a cambiar el mundo. Al final, aunque con miedo, acepté el desafío de dar la clase.  En ese momento,  creo que comenzó mi verdadera relación con el diseño.

Después de un par de años de estar acá y de investigar muchísimo para comprender las dimensiones de esta disciplina, he descubierto que diseñar es seguir un proceso mental, emocional y físico que le permite a alguien crear una solución efectiva a un problema.  Esta solución puede ser tangible (un objeto) o intangible (un proceso, una estrategia, un sistema o una experiencia).  La propuesta que resulta debe basarse cuidadosamente en las características, necesidades, preferencias y deseos de sus usuarios y en las limitaciones, recursos y posibilidades del contexto en el que se produce y se va a utilizar. La solución que creamos puede afectar de forma directa o indirecta, a corto, mediano o largo plazo, al usuario, a su sociedad y al medio ambiente. Como resultado, los diseñadores deben diseñar de forma consciente, responsabilizándose por sus decisiones y las consecuencias que éstas puedan llegar a tener.

Debo aclarar que la definición del diseño que yo comparto no es la definición de diseño que muchos otros diseñadores en nuestro medio manejan o practican.  Esta definición se basa en creencias personales y en las opiniones y trabajo de múltiples diseñadores que consideran que el diseño debe convertirse en una parte integral del desarrollo responsable de nuestras sociedades.  Para estos diseñadores, el diseño no es un acto que se lleva a cabo de forma individual, basándonos principalmente en las preferencias y gustos personales del diseñador.  En cambio, esta mirada del diseño promueve al diseñador como un individuo que colabora con otros para responder directamente a necesidades ya existentes, en lugar de transformar nuevos deseos en nuevas necesidades. Quizás porque siempre he creído que todos debemos convertirnos en agentes activos de cambio en nuestras comunidades y porque yo no fui formada académicamente como diseñadora con un paradigma previo de lo que es diseño, me ha sido muy fácil compartir y aceptar esta visión.

Sin embargo, mi preferencia por esta perspectiva del diseño no significa que desmerite el valor que tienen otros puntos de vista acerca de esta disciplina. Considero que deberíamos ver las diferentes miradas del diseño como aliadas que podrían llegar a trabajar en conjunto, en lugar de verlas como contrincantes que batallan por un mismo puesto.  Como diseñadores, nos favoreceríamos más si aceptáramos que, hasta cierto punto, todos somos diseñadores, ya que constantemente estamos intentando solucionar todo tipo de problemas.  Dado que el diseño está en todo, debemos aceptar que múltiples disciplinas, que antes no considerábamos tuviesen una relación directa con el diseño, pueden llegar a profundizar nuestra comprensión de la materia.  Al aceptar estas distintas visiones, podemos comenzar a unir esfuerzos para demostrar el potencial que tiene el diseño como motor generador de cambio.

Podría continuar explorando la idea del diseño como herramienta de cambio social, pero voy a detener mi reflexión acá porque el objetivo de mi primera intervención en este blog es sólo presentar algunas ideas de cómo percibo al diseño y no explorar en profundidad sus posibilidades. Esta oportunidad de reflexionar un poco acerca de lo que significa el diseño para mí, me ha hecho percatarme de lo afortunada que he sido de poder llegar a conocer el potencial que tiene esta disciplina.  Y aunque les mencioné que nunca pensé enamorarme del diseño, debo decir que mi relación con éste se ha vuelta tan apasionada e intensa que termino el día esperando que sea mañana para poder continuar aprendiendo más.

Ana Urquilla

Docente de la carrera en Diseño Estratégico Escuela de Comunicación Mónica Herrera

Un comentario en “Mi encuentro con el diseño

  1. Francisco Guzman Cartagena on

    Hola Ana!

    Antes que nada felicitarte por este texto, comparto tu ideología y visión sobre el diseño, especialmente como este puede ser un agente clave para la innovación socia, ojala pronto venga otro texto relacionado a ese tema.

    Por el momento estoy escribiendo mi tesis de maestría en Diseño e Innovación Social en Londres, espero no te moleste que cite uno que otro párrafo, con su debida mención a la autora.

    Gracias!

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