Es imposible no comunicar
¿Jeans o pantalón? ¿Camino al lado, pelo para atrás o cola? ¿Me baño o me echo perfume? ¿A la par de quién me siento? ¿Salgo con este chavo o no? ¿Digo lo que pienso o mejor me callo?
Lo que es necesario aceptar es que no importa lo que hagamos, dejemos de hacer o nos neguemos a hacer, siempre estamos comunicando. Por supuesto que lo que digamos o hagamos forma el cómo nos ven, pero también hemos escuchado en más de alguna ocasión que el silencio otorga. Hasta en la música, el silencio es parte fundamental de la intención artística de una pieza.
Los comunicadores tenemos que tener siempre presente que la simple existencia es fuente de insumo para percepciones, que aun la falta de una retroalimentación puede ser también un mensaje en sí misma. Estas percepciones construyen una imagen. Y son reales. Son las ideas que se forman sobre nosotros en la mente de otros, son diversas y lo que cuesta aceptar, es que no son nuestras, son de ellos.
Llevado este tema al área de la comunicación organizacional e institucional, se convierte en una ciencia y arte. Ciencia ya que puede utilizar métodos científicos para su estudio y para generar conocimiento, y se convierte en arte al necesitar creatividad personal para diseñar acciones que influyan en percepciones.
Suena complicado, y lo es. Mucha gente está demasiado distraída tratando de entender el fenómeno de “Social Media”, simplemente participando y dejándose llevar por las interacciones en internet, leyendo cada vez menos y dejando a un lado la INTEGRIDAD de la comunicación. La Internet nos ha malcriado. El hecho de pasar de ser simples receptores a ser a veces hasta anárquicos emisores parece tener a la comunidad de comunicadores en un limbo conceptual como un barquito de papel dentro de una pila redonda… va a ningún lado y termina donde empezó. La tecnología avanzará y estamos solo comenzando, pero es necesario retroceder un momento.
Es necesario retomar los preceptos básicos de comunicación, emisor, receptor, retroalimentación, intención, proxémica, reputación, imagen, forma, contenido, credibilidad, espacios comunicacionales, grupos, segmentos, entre otros, para comprender la nueva era del traslado de mensajes….que ahora tiene sinónimos en la participación, inclusión y exclusión, diálogo, y términos digitales como los chats, tweets, posts y blogs, que afectan nuestro día a día, todos los días.
Pero por eso, se hace cada vez más necesario abordar la comunicación con valores básicos: Respeto para no atropellar la dignidad de otros con mis ideas; Empatía para reconocer que hay otros puntos de vista que no son los míos; Valentía para expresar mi punto de vista y también para aceptar cuando no tengo la razón; Humildad para saber que no soy dueño de mi imagen y para aceptar mis triunfos con gracia; Carácter para tomar la crítica constructiva y paciencia para soportar a quien no lo tiene; Discernimiento para saber cuándo actuar y Compasión para utilizar nuestros conocimientos , ideas y creatividad hacia el bien común.
Es imposible no comunicar. Pero si se tiene todo lo anterior en mente, la comunicación se vuelve estratégica. Se reducen los mensajes involuntarios y se minimiza la improvisación. Es más fácil determinar los objetivos y las metas. Vemos la comunicación como un arte, una ciencia y al comunicador como un profesional no solo capaz, sino completamente necesario dentro de las organizaciones, y con un rol determinante dentro de la sociedad. Veremos a nuestros comunicadores como ciudadanos con responsabilidad social, con ética, diferentes, sobresalientes y marcando diferencias en un mundo que necesita profesionales que lo transformen y lo enrumben. Con sus acciones, con sus palabras y hasta con su silencio.
René Hernández
Director de Comunicaciones de FUSADES. Docente de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera. ECMH alumni
Excelente reflexión. Lo felicito por darle valor a la comunicación estratégica y al comunicador como un importante profesional. Adelante!
Gracias, muchas veces las gestión de la comunicación estratégica y su verdadero valor es subestimado por el hecho que todos comunicamos y creemos que lo hacemos bien. Pero cuando hay problemas de imagen y crisis de reputación, somos los primeros doctores a quienes buscan para que les salvemos la vida 😉
Totalmente de acuerdo, la comunicacion es una ciencia y un arte a la vez y se requiere tambien de ser inteligente al comunicar, hablar por hablar no necesariamente significa que estamos cominicandonos, estamos tan acostumbrados a cliches en la sociedad que no nos comunican nada. Para comunicar tambien se requiere de usar el corazon. Tengamos mas familias que desarrollan este arte y veremos una sociedad mas sana.
Certeramente Josué, la relevancia e importancia de la comunicación es a todo nivel, desde la corporativa hasta la familiar, y hasta la intrapersonal.
Bonita reflexión. Que bueno que no todo nuestro entorno tiene que ser dinero, siempre hay que tener en mente que tratamos con personas y que todas las cosas que hacemos pueden llegar a influenciar en toda negociación que quisiéramos realizar. Felicidades
Todo comunica, y todo es comunicación. Es una fortaleza y un reto para los comunicadores ya que le entrega la importancia que requiere el acto comunicativo, pero a la vez, como toda la gente comunica, cree que lo hace bien…¡y puede ser que no sea así!