Un cambio importante siempre produce reestructuración, renovación, sustitución y reacomodo de los elementos de un todo. Un punto de inflexión en la vida de una persona, un grupo de personas o una Institución.

Y aun cuando la Mónica Herrera siempre ha sido un referente en la formación educativa por su constante actualización, el cambio de pensum experimentado a partir del primer semestre de 2012, ha constituido el más importante en su vida institucional por el viraje de enfoque en su hacer y su quehacer, en tanto procesos y productos.

Simplificando en extremo,  la reorientación de su eje de acción  centrado en la transmisión de contenidos –como todas las instituciones de nivel superior- al actual eje de acción centrado en las capacidades generadas, desarrolladas e integradas en el educando a lo largo de su carrera[i].

Como muy bien lo expresaba Alfredo Miguel Aguayo, el pedagogo autor de Filosofía y nuevas orientaciones de la educación, “es vano e inútil renovar la vida con espíritus vaciados en antiguos moldes y pedir a gentes rutinarias que trabajen y luchen por ideales y valores nuevos”. O el la proverbial alusión bíblica de “no hay que guardar el vino nuevo en odres viejos”.

“Para muestra, basta un botón”

Siendo Redacción a las  Comunicaciones Integradas de Marketing lo que el tejido epitelial es al cuerpo biológico, el cambio debía ser necesariamente total porque  las capacidades a desarrollar requeridas como objetivos de la materia no podrían lograrse en las formas tradicionales: exponer al lenguaje como pensamiento en acción desde su esencia, para plantear su verdadera dimensión en el proceso comunicativo en sus diferentes vertientes teóricas, especialmente en la expresión escrita, para desarrollar competencias genéricas, pero muy especializadas en su aplicación: 1) dominar la comunicación verbal, escrita, visual y no verbal; y 2) demostrar compromiso ético en la práctica profesional.

El desafío

Para la docente de la materia resultó ser un exhaustivo ejercicio de creación, investigación, exégesis, recopilación y reescritura, puesto que había que recopilar y readecuar la conceptualización teórica existente, para convertirla en herramientas de pensamiento[ii] adecuadas para alcanzar los objetivos, crear los instrumentos de medición aproximada de los aprendizajes[iii] y organizarlo en un todo coherente[iv].

A partir de la Teoría de los Actos del Habla y de la Teoría Literaria de la No Literatura, se buscó la manera más eficiente de aplicar el concepto del storytelling audiovisual a toda forma de escritura aplicada a la comunicación. Como consecuencia de este proceso de búsqueda, hallazgo y adopción, ha surgido una recopilación documental ad-hoc, que se ha constituido en la bibliografía operacional y de consulta con que se está impartiendo la materia Redacción.

La prueba de fuego

El Ciclo I de Primer Año de 2012 ha permitido someter a prueba las optimistas hipótesis planteadas desde los objetivos.

El análisis narratológico se utilizó como descripción de ciertas estructuras textuales con función puramente instrumental de aplicación práctica, apoyado por instrumentos de desarrollo conceptual, creativo y de organización de la tarea —programas iMindMap y Moodle— y de guía de procedimientos y procesos —tutoriales—.

¿Resultados?

Como en botica. Y confirmando el principio de Protágoras que “el hombre es la medida de todas las cosas”, pero no como el género humano sino como cada estudiante en sus particulares, individuales e irrepetibles entendederas y actitudes.

A mi juicio, las optimistas hipótesis se confirman cuando hay tomas de conciencia como la de Ivonne Ochoa, para quien esta materia “me hizo más responsable en poco tiempo, me enseñó a ver todo de manera seria pero divertida a la vez, a no estresarme por cosas en las que no tengo que hacerlo, sino más bien a disfrutar el proceso, el proceso universitario que al terminarlo sé que voy a extrañar. Me gustó haber compartido y vivido estos cinco meses con mi clase de redacción.”

Nos leemos en el próximo.