SOMOS LO QUE SOMOS
Estamos viviendo literalmente en un país abstracto. Todo en nuestro país esta al revés y vivimos una realidad triste. La forma en que la historia se ha desarrollado ha dejado como resultado una sociedad que da miedo, una sociedad vergonzosa, perversa, conformista y en buena medida perdedora.
Hemos creado conceptos nefastos que se han arraigado a nuestra forma de vivir y comportarnos. Una de estas ideas locas que hemos adoptado es cuando pensamos que el “vivo” es inteligente y el “educado” es estúpido. Parece mentira pero así somos y sin embargo admiramos a los países adonde el educado es simplemente el educado y el estúpido es naturalmente estúpido.
La creencia general es que desde Martínez hasta Funes todos los presidentes son culpables de todos los males de nuestro país y los nuestros. Rematamos diciendo que ningún presidente ha valido la pena, que todas las gestiones han estado estado plagadas de personajes oscuros y que se han aprovechado de todos nosotros para enriquecerse. De un periodo a otro repetimos la rutina de nuestra patética queja, y lo único que cambia es el rostro de los personajes. No importa si el presidente se destaco por besar la bandera de otro país, se proclamo como presidente de la paz, era filosofo o se vendió diciendo ser el cambio perfecto para El Salvador; el resultado siempre es el mismo. Pasamos del entusiasmo y morbo de las campañas a nuestro drama diario y al lloriqueo por lo que este nuevo presidente no hizo bien, y a culparlo de todos nuestros males.
Es por este patrón de muchos años que puedo ahora asegurar que el problema de nuestra realidad no son estos tipos; sino somos NOSOTROS COMO SOCIEDAD.
Digo esto porque al final el presidente y su gabinete es producto nuestro, y pocos nos sentamos a analizar que culpa tenemos nosotros en este desastre. Piensen, y se darán cuenta que vivimos en un país adonde la “viveza” tiene más valor que el dinero, adonde hacerse rico de la noche a la mañana es más importante que forjar una familia con valores y principios a largo plazo.
Vivimos en un país adonde jamás podrá haber una maquina expendedora en la calle como existe en otros países, porque sería hurtada la misma noche que fuera instalada. Vivimos en un país adonde los empleados en la mejor oportunidad roban de sus empresas cualquier cosa que esté a su disposición; desde carpetas, papel bond, lapiceros, lápices, hasta el papel higiénico de los baños.
Somos una sociedad que se burla, jacta y divierte contando que ha logrado robar la señal del cable televisión, la energía eléctrica o el agua comunal. Una sociedad que busca todas las formas posibles de evitar pagar impuestos, y luego se queja de las condiciones de la infraestructura de su país.
Estamos en un país adonde la impunidad es comida de todos los días, un acto habitual al que estamos acostumbrados y solo sirve de comentario de coctel para romper el hielo con la gente que hablamos.
Somos una sociedad adonde los directivos de las empresas no tienen deseo de generar capital humano y su búsqueda termina en el capital liquido.
Estamos en un país destruido ecológicamente porque su sociedad es ignorante del tema. Somos una sociedad cochina, que tira la basura en cualquier parte, orina en cualquier esquina y contamina sin medida, para luego burlarse del país por lo desastroso que se ven sus aceras y ambientes.
Somos una sociedad que no tiene hábitos básicos como la lectura, no valora su propia cultura y su memoria política es de corto plazo. Somos una sociedad que se queja de la economía, pero no la entiende, una sociedad adonde más importante que las condiciones económicas son el juego del domingo del Barcelona y el RealMadrid.
Somos un país adonde los diputados no pueden leer los números (http://www.youtube.com/watch?v=vi3vZxf5OAs), otros no pueden terminar una frase de un texto sencillo (http://www.youtube.com/watch?v=kp7VZjFIs0I) llegan bolos a la asamblea legislativa (http://www.youtube.com/watch?v=B-Qd_0Vi2Bg) disparan contra la policía nacional civil (http://www.elsalvador.com/noticias/EDICIONESANTERIORES/2000/AGOSTO/agosto27/NACIONAL/nacio9.html) y levantan la mano para votar según la mejor mordida. Estamos en un país adonde desde el documento más sencillo, pasando por el DUI, pasaporte, residencia, hasta certificados médicos se pueden conseguir con un par de billetes.
Estamos en un país adonde los espacios de parqueo para la gente invalida, futuras madres y otros son muchas veces utilizados por aprovechados (Los vivos de la sociedad) que se creen divertidos por hacerse pasar unos metros simulando estas condiciones para dejar sus carros en esos lugares; pasando por encima de la gente que necesita de estos puestos para tener mejor calidad de vida. Lo peor de todo es que si alguien les reclama, se ofenden y buscan represalias verbales o físicas.
Estamos en un país adonde el derecho de vía no es para el peatón, sino para el que tiene el vehículo más grande, adonde el ciclista es un estorbo vial, y adonde un animalito perdido en la vía es un blanco para cafres sin alma.
Somos una sociedad llena de faltas y carentes de espejo, pasamos hablando mal de los gobernantes porque esto nos hace sentir que somos mejores personas, pero jamás nos señalamos con el dedo; a pesar que justo ayer compramos cosas robadas en el cementerio o la esquina más cercana. Somos una sociedad que habla intelectualmente de los problemas de la imitación y la piratería, pero tenemos una colección de películas pirata en nuestra casa. Nos hemos convertido en una sociedad adonde el universitario se divierte si consigue el examen del día siguiente, o le celebramos al niño que nos cuenta como le hizo para copiar en el examen.
Somos gente acostumbrada a meterse el cuchillo sola, una sociedad que se burla de sus costumbres, le causa gracia ser irresponsable con el tiempo, no valora sus productos, se ríe de sus recursos naturales y despiadadamente los compara con otros países. Somos una sociedad payasa que se burla de si mismo y cree que sus comentarios son divertidos.
Saben que…YA BASTA!
Tenemos muchas cosas buenas, muchas oportunidades por aprovechar y razones para ser admirados; pero es esa sagacidad, esa viveza, esa falta de amor propio, esa”son ellos y no soy yo”, lo que realmente nos tiene jodidos a todos.
Siento mucha pena por lo que piensan que al cambiar de gobierno, no importa si es de derecha, izquierda o si es ambidiestra los problemas se van a terminar. La verdad es que de donde venga ese gobierno siempre va a llegar a trabajar con ese aparato arruinado y defectuoso. Dejemos de poner el destino de nuestras vidas y el destino del futuro de nuestro país en la idea equivocada que un personaje milagroso va a mejorar todo solo.
Para superar nuestros problemas tenemos que empezar por eliminar los vicios que tenemos como pueblo, empezando cada quien por su cuenta. Puedo afirmarles que ninguno de los que llegara a la silla presidencial servirá ni ahora ni nunca si no cambiamos nosotros.
Debemos entender que necesitamos algo más inteligente que paros sin sentido, huelgas sin efecto o cacerolazos al presidente de turno. Acá tiene que surgir ese “algo” desde abajo hacia arriba, desde arriba hacia abajo, desde la derecha hasta la izquierda o de la izquierda a la derecha; porque si es “algo” no empieza a suceder vamos a seguir igual de condenados, esclavizados por una realidad terrorífica que parece no tener cura; seguiremos eternamente jodidos.
Muchos consideramos huir a otras fronteras, pero si no cambiamos nuestra forma de pensar y actuar, siempre vamos a seguir siendo parte de esta sociedad perdida, esa sociedad adonde nada funciona.
Es muy bonito vivir a lo salvadoreño, y hablar del “folklore” de nuestra sociedad, pero cuando ese “folklore”, ese color se entromete con nuestros resultados de país, la cosa ya no es tan graciosa. Celebramos y hacemos fiesta nacional por haber terminado una competencia, aun cuando quedamos en los últimos lugares, nos llenamos de orgullo porque hemos llegado a dos mundiales de fútbol, aunque hemos hecho papeles mediocres en cada uno. Nos reflejamos en los triunfos de otros porque los salvadoreños son muy escasos. Somos tan pobres de espíritu que las pocas glorias de nuestro país son irrelevantes y no le damos importancia; y cuando por alguna razón toman relevancia, las politizan y se llevan todos los créditos las personas equivocadas.
Atormentamos y ahorcamos la economía de las empresas con procedimientos, complicaciones, multas, y papeleo innecesario,y simultáneamente lloramos por la falta de empleo y el poco crecimiento económico. Protegemos a capa y espada los derechos de los trabajadores, pero no existe un ministerio que proteja los derechos de la empresas; esa que genera cambio, riqueza y empleo.
Nuestra creatividad está podrida, somos un país lleno de malas copias y nombres replicados. Somos un país que vende su materia prima barata, para luego importar productos terminados 100% más caros.
Sinceramente las cosas no van a cambiar porque deseamos que cambien, las cosas no van a mejorar por cambiar el gobierno de turno, y menos por arte de magia…las cosas van a cambiar cuando nosotros cambiemos. Las cosas van a cambiar cuando forjemos los hábitos, valores, y principios correctos. Cuando llegue el momento en que protejamos al “educado” y condenemos al “vivo”.
Después de esta reflexión yo invito a todos a que busquemos al responsable de esta desgracia. Yo se adonde encontrarlo y estoy seguro que todos ustedes lo van a encontrar; basta con que tomen un espejo y miren fijamente…ahí esta el responsable. Hay que pedirle, exigirle, y si quieren pueden suplicarle que nos ayude a hacer un mejor El Salvador.
Alex Bolaños
Emprendedor, ECMH alumni
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