Diseño y democracia
La crisis provocada por la pandemia del COVID – 19 ha dejado en evidencia algunos de los problemas sociales que tiene la sociedad salvadoreña: pobreza, violencia, desplazamiento forzado. Pero, además, se une la forma en que los funcionarios del ejecutivo han manejado la crisis, pues a menudo han adoptado acciones con pocos consensos, procesos pocos transparentes para gestionar recursos económicos y actos irrespetuosos a ciudadanos en redes sociales propiciando escenarios donde se cuestiona su compromiso de garantizar la democracia. Otros países de la región presentan la misma situación.
El diseño al no ser ajeno a lo que sucede en la sociedad ¿puede ser un catalizador para propiciar escenarios y propuestas que permitan proteger la democracia? Esta es una pregunta que ha acompañado la historia del diseño universal. Desde William Morris hasta Victor Margolin se han generado diversas reflexiones sobre las tareas del diseño como una herramienta en favor de la democracia. ¿Cuáles serían las tareas que tenemos los diseñadores para participar y garantizar una democracia desde nuestro trabajo diario?
Para responder esa pregunta tomaré el documento, Carta abierta a la comunidad del diseño: defendamos la democracia, escrita por Ezio Manzini y Victor Margolin. Este documento fue publicado en marzo de 2017 con el objetivo de que diseñadores de todo el mundo reflexionaran y compartieran algunas iniciativas desde el diseño para trabajar por la democracia. Algunos de estos análisis los pueden estudiar en la página de Facebook: https://www.facebook.com/DemocracyDesignPlatform/
En esta carta, Manzini y Margolin proponen cuatro maneras que tenemos los diseñadores para trabajar en el fortalecimiento de la democracia:
1) Diseño de la democracia, para mejorar los procesos democráticos y las instituciones sobre las cuales ella se construye.
¿De qué manera se pueden mejorar los procesos democráticos? Será importante que el diseñador sintetice información y pueda producir formatos de comunicación adecuados para informar a los ciudadanos sobre las instituciones del estado y sus responsabilidades ante la sociedad. Un ciudadano informado puede exigir transparencia en la manera en cómo utilizan los recursos económicos estas organizaciones y participar en procesos democráticos.
2) Diseño para la democracia, incorporando temas de acceso y transparencia, permitiendo a más personas, especialmente mediante el uso de tecnologías, participar del proceso democrático.
Una de las etapas más importante en las metodologías de diseño es la investigación. No se puede diseñar si antes no se ha investigado. En esta investigación el diseñador estudia su contexto social próximo y los usuarios, lo que le permite conocer con mucha exactitud las rutinas de las personas. Así, puede asegurarse de que el impacto de sus iniciativas cambie situaciones existentes por situaciones preferibles.
Este rigor investigativo se puede utilizar para estudiar la manera en que participamos en los procesos democráticos y así, por ejemplo, estudiar si la manera en que ejercemos los votos para elegir funcionarios es el más adecuado. Si la idea de estos procesos democráticos es que la población participe, las instituciones encargadas deberán garantizar mecanismos que faciliten el voto a los ciudadanos. En este caso, se podría considerar el uso de la tecnología para ofrecer formatos más depurados de acuerdo con las características del usuario y el lugar donde vive. Siempre garantizando seguridad y respeto al voto.
3) Diseño en democracia, incluyendo proyectos que ayuden a generar condiciones para la igualdad y la justicia.
Para garantizar condiciones para la igualdad y la justicia, es relevante que el diseñador promueva espacios de diálogo comunitario. Estos espacios deberán incluir la participación de los diferentes actores, tanto hombres como mujeres, para tener diversas perspectivas sobre los problemas que se están abordando. De esta manera, cuando se trabaje en un proyecto será mayor la participación de actores.
Este apartado es uno de los más importantes en la actualidad, ya que el Ejecutivo, no ha promovido estos espacios para trabajar la crisis provocada por la pandemia del COVID – 19 en donde diversos sectores de la sociedad se expresen y propongan posibles caminos para dar respuesta a las demandas que tiene la población más vulnerable.
4) Diseño como democracia, mediante el cual los principios de equidad e inclusividad del diseño participativo creen un escenario donde actores diversos puedan juntarse y compartir el poder constitutivo para darle forma al presente y futuro del mundo que habitamos.
Ya generados los espacios para dialogar y compartir entre los distintos actores de una comunidad es posible que surjan lideres que retomen iniciativas para comunicarlas con los miembros de la sociedad y así cocrear soluciones. Ahora que la manera de gobernar del Ejecutivo es difusa, se necesita visibilizar a los líderes ciudadanos de colonias, ciudades y municipios. Ya que todos debemos ser protagonistas en la democracia para construir una sociedad equitativa y justa que nos permita pensar en el futuro.
Estos cuatro puntos que escribieron Manzini y Margolin en 2017 tienen una gran importancia en la actualidad. Si el diseño trabaja por la humanidad debe garantizar espacios e iniciativas para que los ciudadanos participen en los distintos procesos sociales. Trabajar por la democracia será una tarea diaria del diseño que empieza desde nuestra casa dialogando para cooperar con nuestros vecinos y amigos.
German Rosa
Docente e investigador. ECMH alumni