Llamó mi atención el título de un artículo a cerca de la “critica de piezas publicitarias” publicado en un popular sitio de discusión sobre temas de diseño y comunicación, pero creo que hablar sobre un análisis crítico basándonos solo en aspectos de imparcialidad y ética deja fuera mucho.

Es imposible para mi poder escribir a cerca de contenidos de diseño sin involucrar la semiótica, creo que es algo que salta a la vista, pero no es por simple placer, aunque me parece una disciplina fascinante; sino, porque si obviamente TODA la comunicación natural o intencional está basada en signos, cómo podemos pretender entonces siquiera abordar el tema de  un “análisis critico” sin entender y utilizar las reglas que definen la convivencia de estos signos dentro del entorno social.

A través del tiempo el hombre siempre ha tratado de comunicarse. En sus orígenes dibujó todo lo que le rodeaba, lo que le maravillaba o incluso le atemorizaba o no podía explicarse. Estos representaciones básicas o pictogramas fueron evolucionando a ideogramas, a los cuales posteriormente se les otorgó sonidos hasta convertirse en fonogramas y que con el paso de muchísimos años generaron el alfabeto y la comunicación escrita. Con esto aparece la escritura y con ello termina la pre historia e inicia la historia documentada.

Durante muchísimo tiempo el hombre vivió embelesado por el nuevo aporte de la escritura dándose un gran auge en la producción de libros. El lenguaje escrito empieza a ser normado por una serie de reglas que garantizara su estructura y comprensión adecuada. Ahí surgen la gramática y la sintaxis  para velar por que este lenguaje  se emplee sin mayores errores.

En los últimos años y aún mas con la llegada de la tecnología los sistemas multimedia y digitales, vivimos inmersos  en una sociedad en donde hay tanta producción de información que es necesario reducirle a la gente el tiempo de asimilación de estos mensajes. Por lo tanto la comunicación humana ha tenido un vuelco nuevamente a lo visual. Y es común para nosotros ahora poder armar un mueble, llegar a un lugar, manejar una máquina, navegar en un sitio web…únicamente “leyendo signos icónicos”.  Pero para que estos mensajes sean efectivos debemos también regular su estructura.

Así como existe el término “Literacy”, sin traducción exacta al español y que se refiere básicamente a la capacidad adquirida y desarrollada de escribir y entender textos, surge el termino “Visual Literacy” al cual los estudiosos traducen como “alfabetidad visual” y es esa serie de competencias de la visión humana que involucra otras experiencias sensoriales que nos ayudan a comprender cómo las personas perciben e interpretan y, por lo tanto, rigen la producción e interpretación de los mensajes visuales.

Para hablar de análisis crítico formal tenemos que referirnos a dos campos importantes: el aspecto denotativo y el connotativo.

Lo denotativo es lo “objetivo” lo que nuestros ojos ven, lo que podemos reconocer y describir detalladamente y lo connotativo es lo “subjetivo” lo que esos signos contenidos en una imagen nos sugieren, nos provocan, nos significan a cada uno de manera particular e individual, de acuerdo a nuestra personalidad, etnia, grupo social, nivel educativo, edad, género, preferencia sexual, nacionalidad, religión etc.

Por lo tanto es necesario saber cómo y qué observar. Desde los significados de los colores, del tipo de luz, de los códigos proxémicos y gestuales, de las “formas de ver” de los diferentes grupos sociales, de los patrones de reconocimiento estético, de los códigos genéticos, de las alteraciones en la percepción, de las leyes de percepción, las cuales no son arbitrarias, sino parte de las competencias y patrones funcionales de nuestra visión y a las cuales el ojo humano reconoce y justifica de manera involuntaria e inmediata.

No podemos pretender ser capaces de realizar análisis críticos de piezas de comunicación sin antes tener conocimiento y dominio de todos estos factores.

Nosotros como “generadores de mensajes visuales” somos responsables de empaparnos de esta disciplina, para saber qué significan cada uno de los elementos que la conforman y así poder utilizarlos para hacer llegar el mensaje directo al publico específico.

Es por eso que cobra real importancia dedicarle tiempo de nuestro aprendizaje al estudio de todos estos factores; de esta manera ayudaremos a nuestros ojos a comprender la estructura y construcción de los mensajes visuales, a que no se invierta tiempo y esfuerzo valioso en tratar de entender un espacio mal utilizado, una jerarquía visual confusa y una ausencia o exceso de tensión en el plano, sino mas bien en facilitar la lectura de los mismos y en guiar, facilitar el camino y encausar nuestra capacidad perceptiva enfocándola exactamente hacia el lugar donde queremos que se dirija, apoyándonos en los estereotipos sociales para clasificar y agrupar a las personas de acuerdo a sus características generales y comunes y hablarles a través de los elementos y signos familiares a cada uno de ellos.

Hagamos uso de todas las herramientas que la semiótica nos da, asegurémonos primordialmente de saber utilizar todas estas normas de la manera adecuada y eficaz y así, en la medida en que tengamos el criterio para seleccionar la estructura adecuada de los mensajes que producimos, no habrá impedimento alguno para realizar los más detallados y precisos análisis críticos a diferentes piezas de comunicación. Es algo que tendríamos no solo que manejar a la perfección, sino que deberíamos disfrutarlo…para eso nos formamos académicamente.