La comunicación en el combate a la Gran Corrupción

El próximo sábado concluirá una actividad que hemos llamado Puerto Alumni, en la que 40 exalumnos de la ECMH divididos en 9 grupos de trabajo presentaremos propuestas de comunicación para generar una cultura de transparencia.

Los motivos para llevar a cabo esta iniciativa son los siguientes:

  1. Nuestro país padece una enfermedad crónica y sistémica que se llama Gran Corrupción: las instituciones del Estado han sido diseñadas y trabajan para perpetuar el poder político y económico. Esta enfermedad lleva décadas instalada en nuestra vida cotidiana y, en lo últimos años, nos está conduciendo a una guerra.
  2. Quejándonos en redes sociales no curaremos esta enfermedad.
  3. La Gran Corrupción está alojada en nuestra mente: como sociedad vemos normales y hasta comprensibles los actos de corrupción; defendemos al partido político que nos gusta “a capa y espada” ante cualquier ataque; irrespetamos las normas y leyes porque somos “más vivos”.
  4. Al ser un problema que está alojado en la mente, su solución hace necesario “intervenir” en la mente a través de la comunicación.

Cualquier ataque frontal contra la corrupción provoca que quien se siente aludido levante mecanismos de defensa, por lo que hemos optado por promover la transparencia para construir una cultura basada en la observancia de normas básicas de convivencia y en el continuo escrutinio del actuar de las organizaciones públicas y privadas. Estamos convencidos que la manera de disolver la Gran Corrupción es construyendo una actitud ciudadana de respeto y transparencia. Y para ellos, necesitamos una comunicación audaz y estratégica.

El sábado será un gran día y ojalá el inicio de algo grande para el país.

A continuación les comparto el texto del brief sobre el que estamos trabajando:

 

Los Antecedentes

La pobreza, la inseguridad, el desempleo, el bajo nivel educativo y los deficientes servicios de salud son algunos de los problemas retorcidos[1] que afectan profundamente a El Salvador desde hace décadas, pero que cada vez se profundizan más. Cuando pensamos en ellos, parecieran callejones sin salida o nudos imposibles de desatar, sin embargo, su solución es posible. Para comenzar, es necesario comprender la manera en la que sus múltiples causas interactúan y se perpetúan en el tiempo.

En los últimos nueve meses, un grupo de profesionales de diferentes disciplinas dedicó una gran cantidad de horas al estudio de las ciencias cognitivas, al análisis histórico del país, a conversar con líderes políticos históricos y contemporáneos, y a discutir con empresarios acerca de estos temas. De estas investigaciones se ha podido concluir que para solucionar cualquiera de los problemas retorcidos que nos aquejan, es necesario comenzar combatiendo un enemigo común: la Gran Corrupción.

La Gran Corrupción es definida por la Organización Mundial de Parlamentarios contra la Corrupción (GOPAC, por sus siglas en inglés) de la siguiente manera:

“En un sentido amplio del término, la gran corrupción va más allá de la simple corrupción corriente y ocurre a mayor escala. Difiere de la corrupción corriente tanto en la escala de sus efectos como en la forma como funciona.

La gran corrupción tiene lugar en las altas esferas del sistema político, cuando “los políticos y los agentes del estado que cuentan con la potestad de promulgar las leyes y hacerlas cumplir en nombre del pueblo, abusan de dichas potestades para mantener su poder, su estatus y su riqueza.” Esencialmente, la gran corrupción no únicamente viola las leyes nacionales, sino lo que es aún más grave, distorsiona y menoscaba el estado de derecho en sí. La gran corrupción es sistémica, al convertirse en un aspecto esencial de los sistemas económicos, sociales y políticos mismos y de los sistemas políticos que tienen el deber de combatirla.

En una analogía biológica, si la corrupción corriente fuese una enfermedad que aflige al organismo del estado, entonces, la gran corrupción equivaldría a un cáncer que carcome cada tejido del estado mismo, volviéndolo en contra suya.”[2]

 

Una vez expuestos al concepto de Gran Corrupción, la mayor parte de líderes políticos (de derecha e izquierda) y empresariales la reconocen como el origen y el fin de los problemas más serios que el país enfrenta. Se trata de un fenómeno que tiene décadas de estar creciendo y alimentándose de la actividad política. En definitiva, es una enfermedad sistémica que no distingue ideologías ni partidos políticos.

Un camino a seguir

El combate a la Gran Corrupción no puede hacerse desde las esferas políticas; tampoco desde los organismos encargados de impartir justicia, pues todas las instituciones del Estado padecen de este cáncer. La única manera de combatirla es desde las organizaciones ciudadanas y empresariales.

Aunque todos –ciudadanos y empresarios—somos o hemos sido de alguna manera cómplices de la Gran Corrupción[3], estar fuera del aparato del Estado nos permite ejercer un mayor control sobre los actos de éste.

Es por esto que el camino más plausible para derrocar a la corrupción es a través de la construcción de una cultura de transparencia. Si los ciudadanos asumimos el compromiso y la responsabilidad de actuar de manera correcta estaremos en una mejor posición para demandar lo mismo de quienes están en el poder.

La solicitud de Puerto Alumni

Con el objetivo de construir una cultura de transparencia entre la ciudadanía y el sector privado, les solicitamos que propongan caminos de acción que puedan ser retomados e implementados por organizaciones ciudadanas, empresas, gremiales o medios de comunicación.

Las propuestas pueden ser estrategias de comunicación, propuestas de diseño estratégico, movimientos ciudadanos, campañas de comunicación social, etc. El límite es la creatividad de cada equipo participante, pues la creatividad es el recurso más efectivo para combatir a la Gran Corrupción.

Presentación de las propuestas

Las propuestas se presentarán a un panel de líderes empresariales, de la sociedad civil y políticos el día sábado 27 de junio, a partir de las 3:00 pm. Cada equipo tendrá 10 minutos para hacer su presentación.

Los equipos trabajarán en sus propuestas el día sábado desde las 8:00 am en las instalaciones de la ECMH. Para orientar el trabajo y garantizar los mejores resultados, se tendrá una video conferencia con Guido Charosky[4], fundador de la empresa española Drop (www.drop-innovation.com), quien ofrecerá herramientas de análisis y diseño estratégico útiles para diseñar soluciones a problemas sociales.

 

Recuerden, hoy más que nunca, el futuro del país debe estar en nuestras manos,

 

Peters

 

[1] Traducción del concepto “wicked problems” que puede encontrarse en textos en inglés.

[2] http://gopacnetwork.org/Docs/DiscussionPaper_ProsecutingGrandCorruption_ES.pdf

[3] La corrupción se sustenta en la convergencia de un corrupto y de un corruptor.

[4] http://iedbarcelona.es/profesores-info/design/guido-charosky-2/

Federico Harrison

Rector de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera. ECMH alumni

2 comentarios en “La comunicación en el combate a la Gran Corrupción

  1. Hugo on

    ¿Porqué no concentrarse mejor en la educación? Una sociedad educada no permite la corrupción y educación es lo que hace falta.

    • Federico Harrison on

      Gracias por tu sugerencia, sin duda la educación es vital. No obstante, la corrupción impide que puedan destinarse los recursos necesarios para educar con calidad. De igual forma, la corrupción evita que se solucionen los problemas de seguridad que tanto dificultan la educación. Por esta razón decidimos enfocarnos en la transparencia y la lucha contra la Gran Corrupción, lo cual no quita que a través de esa lucha pueda educarse a las personas. Gracias nuevamente por tu contribución.

  2. Pingback: La gran corrupción, el cáncer de El Salvador | MedioLleno

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