El cartel de cine

Dentro del campo de las industrias creativas, todo producto es susceptible de ser intercambiado  y comercializado. En el caso del cine, específicamente en las películas, ciertamente es un aspecto existente, puesto que se pretende que sean consumidas por miles o millones de personas.

De esta manera, previamente, se les debe motivar a la compra de un ticket de entrada para lograr que asistan a la función, es así como el cartel de cine cobra fundamental importancia.

El cartel de cine, ha estado presente desde los inicios del mismo, reflejando el carácter visual del momento histórico o movimiento artístico de cada época. Ha cumplido diversas funciones, utilizándose para destacar y difundir variados aspectos asociados a las películas, como: los nombres de reconocidos directores,  los actores y/o elencos presentes, la selección o nominación en festivales de importancia mundial; la publicación de premios y galardones obtenidos o la trayectoria de las casas productoras.

Hoy en día, vivimos en una época de grandes avances tecnológicos, a través del uso del internet y/u otros medios digitales de proyección, lo cual ha generado una inmediatez en el acceso y difusión de la información. No obstante, para el caso de la difusión de las películas de cine, se sigue utilizando los carteles como medio de información. Es así como  en las salas de exhibición, aun es posible encontrarlos, independientemente de la difusión en medios tecnológicos, lo cual  confirma el significativo impacto que esta “pieza de comunicación visual”  posee.

Fundamentalmente. La importancia del cartel de cine,  radica en ser un elemento visual clave, que nos informa y “seduce” a través de diversos códigos, signos y símbolos que reflejan el contenido y los aspectos fundamentales de la película. De esta manera, lo que el cartel intenta es captar nuestra atención y “movernos” a que podamos ver y disfrutar la película. Francoise Enel destacado estudioso del lenguaje y la retórica  decía: “El cartel no debe ser solamente argumental, sino sugestivo e insinuante”. Por tanto, debe tener la capacidad de inclinar la voluntad de las personas para escoger y  transmitir la esencia en una sola imagen estática, la cual permita al observador realizar un juicio de valor y moverlo a la acción de ver esa película.

Para cumplir esta misión, el cartel debe considerar dos aspectos importantes e inseparables. El aspecto denotativo, que es la parte objetiva de la comunicación (lo que nuestros ojos ven) y el aspecto connotativo, es decir la parte subjetiva del mismo (los significados presentes en cada uno de los elementos que lo conforman). Para esto, utiliza tanto el lenguaje literario como el icónico, en otras palabras: el antiguo e importante binomio: imagen + texto

De esta forma,  no podemos hablar de lenguaje literal e icónico sin centrar nuevamente nuestra atención en la semiótica. La semiótica es  la disciplina que estudia los signos dentro del contexto social y a través de los cuales, somos capaces de estructurar e interpretar mensajes, considerando en ello ciertamente, las características perceptivas de cada uno de los receptores.

El lenguaje cinematográfico cuenta una historia en diferentes tiempos y espacios. De esta manera, la comunicación del mensaje no recae únicamente en la utilización de  signos verbales, sino también, utiliza códigos cromáticos, lumínicos, auditivos y simbólicos (color, encuadre, luminosidad, contraste, textura etc.), los cuales penetran en el espectador a través de su capacidad perceptiva y los estimulan, provocando reacciones emotivas en el.

Las imágenes, como ya sabemos, son generalmente polisémicas, es decir, contenedoras y transmisoras de múltiples significados. Por lo tanto, los diálogos y el entorno específico, transmitirán los mensajes deseados por los emisores.

De esta manera, el cartel de cine debe captar todo ese cúmulo de sensaciones que serán transmitidas al receptor, utilizando únicamente imágenes estáticas, signos y símbolos. Estos signos serán intencionales, en cuanto constituyen el contenido denotativo como son los nombres de los actores, directores, locaciones, premios, frases o slogan, y serán signos interpretativos cuando dependan de aspectos individuales de cada receptor, los cuales a su vez, se apoyan en convenciones culturales establecidas como: la belleza física, la representación del mal, del hombre exitoso, del mártir, del héroe, etc.

De esta forma, se permite que el receptor reconozca actitudes, reacciones y comportamientos ya sean propios u observados en otros, lo que le proporcionará ser más empático y percibir fácilmente los mensajes simbólicos (significado) de los códigos visuales. Por tanto, actores, actrices y personalidades famosas se convierten  en un elemento de comunicación preciso y determinante al ser utilizado en estas piezas de comunicación, volviéndose muchas veces figuras arquetípicas.

Otro elemento clave, que estimula los aspectos emotivos y expresivos  dentro de la comunicación visual, es el color. El color, tiene la capacidad ilimitada de comunicar mensajes, de aportar muchos más niveles de significación, otorgando sensaciones dramáticas, sublimes o impactantes. Puede evocarnos tristeza, dolor, angustia,  o por el contrario, envolvernos en una atmósfera de alegría, abundancia, amor, romance y pasión.

En sus inicios, el uso del color en el cartel, estaba reducido a unas pocas variantes de ellos, debido principalmente a  limitaciones técnicas.  Hoy en día, es un “problema” superado, y la ausencia de color se debe a aspectos exclusivamente intencionales y comunicativos. El color en el cartel de cine, no es solamente un aspecto estético, sino intencional, basado en elementos que permiten acceder a las personas de diferentes niveles culturales, razas, género, etc.

Finalmente, otro elemento a destacar en el cartel del cine es la tipografía,  la cual cumple dos funciones principales. Por un lado, debe permitir la asimilación textual del mensaje literario, siendo el vehículo transmisor del lenguaje escrito, y por otro, tiene la responsabilidad de transmitir los conceptos visuales, es decir de mantener la coherencia con el concepto, sensaciones y temáticas que se desarrollan en la película que representa  o promociona.

Al igual que la imagen, la tipografía se ha visto beneficiada con los avances tecnológicos en los sistemas de impresión, lo que ha permitido hoy en día, encontrar carteles de cine exclusivamente tipográficos.

Definitivamente, el cartel de cine es una significativa pieza de comunicación visual, capaz de entusiasmar y mover al espectador de las películas de cine, haciéndolo reaccionar emotivamente únicamente con su presencia. Tal como decía Jules Cheret, considerado el padre del cartel moderno, los carteles son “Un grito en la pared”.

 

 

 

Larisa Hernández

Coordinadora de Proyección Social y Docente de la ECMH. Diseñadora gráfica e ilustradora, exporta diseño a diferentes industrias en USA.

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